sábado, 11 de abril de 2015

Hablan por la Espalda - "Sangre"

Hablan por la Espalda es uno de esos que llega a ser alguien dónde nadie existe. La banda uruguaya tiene cerca de 20 años y tienen todas las características de una banda under, desde hacer música por la música, buscando algo nuevo sin partir de la idea de “le tiene que gustar a la gente” (porque igual, no van a recibir dinero a cambio), hasta nunca haber tenido un sello discográfico. Y sin embargo, HPLE es una banda conocida con un buen número de seguidores. Tienen el público pero siguen manteniendo su perfil. Podrían haber hecho las maniobras, los negocios necesarios. Y aún así siguen en el mismo lugar.

Y si hay algo que sirve para reafirmar esto es como fue logrado este nuevo disco: mediante la cooperación de todos sus fans. Esto, dicho en otras palabras, significa que la banda no tiene el dinero suficiente ni un sello discográfico que los apoye para lograrlo, pero cuenta con un gran número de fans como para poder concretar la idea. Son una banda chica económicamente, o más bien que no está atada a la industria, pero grande musical y públicamente. ¿No es eso lo mejor?

Esto no es menor, al menos no para quien escribe. No lo digo desde esa posición “ser conocido es venderse”. Es una cosa de principios, o más bien, de preferencias. Porque si uno pasa al otro lado, empieza la parte del negocio, inevitablemente, y ciertas decisiones empiezan a girar entorno a ello. Cambia el lugar desde dónde se hace la música, el objetivo. Porque todos sabemos que “nuevas búsquedas” no van de la mano con “gustarle a la gente”. No es una correcta maniobra de marketing. Buscar algo nuevo dentro del campo del negocio es como simplemente mojarse las patas en la piscina.

HPLE tiene ya 5 discos, cada uno diferente. Y con diferente nos referimos a verdaderamente diferente, sin nunca ir a un territorio amigable para el público. ¿Qué banda que esté atada a la parte del negocio podría darse ese lujo? Ninguna. No en Uruguay. Las que lo han hecho a nivel internacional es porque ya tienen su estatus bien marcado. QOTSA es un ejemplo, pero la banda tuvo 3 álbumes que rondaban por lugares cercanos y luego decidió alejarse, además que el líder ya se había hecho su nombre con su anterior banda Kyuss. Esto, nuevamente, no es menor. Habla muy bien de la banda. La frase “les importa mucho y a la vez les importa un carajo” es ideal para describir la actitud que presentan.

Si escuchamos el 1er disco, esta actitud no nos sorprendería. “Le Petit Detail Qui Change Tout”, lanzado en el 2002, entra dentro del punk y alternativo, más cercano al post-hardcore de bandas como Fugazi y la experimentación de Black Flag y Sonic Youth, con temas que iban por el lado de la canción. Esos 3 nombres, esas 3 bandas, siempre han sido símbolo de la autogestión y la independencia artística dentro del rock. Siempre han sido de los mayores emblemas del arte por el arte en este género musical. Fugazi siempre cobró sus entradas baratas, nunca aparecieron en revistas dónde haya publicidad de alcohol y otros productos. Black Flag fueron de las primeras bandas DIY, grabando y editando sus discos por su cuenta. Sonic Youth estuvieron varios años para llegar al reconocimiento y al lograrlo, nunca dejaron de hacer su música “de mierda”. Así que tener estas 3 bandas como referencia da una idea.

El 2do disco, “Hablan por la Espalda”, agregaba un nuevo sonido con la incorporación de teclados. La experimentación y oscuridad de la música, incluso hasta “matemática”, llevaron a la banda a un nivel sumamente complejo, totalmente lo contrario a algo amigable. Esto dejaba en claro la capacidad instrumental que tenían. Podían ser punk y a la vez complejos estructuralmente y no solo sonoramente, algo que los acercaba aún más a Black Flag.

En “Macumba”, el 3er disco, la banda mutó. Tomando como referencia la primer camada del rock nacional, bandas como El Kinto, Totem y Días de Blues, y agregando percusiones, la banda, sin perder la actitud punk, transformó su música en algo más básico y primtivo. Por el lado del rock, pasaron a pocos acordes, algo simple, sin complejidad armónica, tocando como un bloque. Por el lado de Uruguay, apareció el candombe. Pero no llegaron nunca a hacer el denominado (y aburrido) candombe-rock, esa mentira en cada palabra que lo constituye. El candombe tiene su ritmo, su sonido y su actitud: agresiva, intensa y ritualista. En Uruguay, como ya todos sabemos, cuándo aparece el candombe, hay una suavidad y amenidad que es “para toda la familia”. Una música pintada con una sonrisa, dónde la transgresión, lo políticamente incorrecto, es una simple ilusión, porque la transgresión que es bienvenida por aquellos a los que se quiere desafiar, es una simple distracción. En el candombe de verdad, el de las llamadas, el de la calle, no hay sonrisas de ese estilo, las de “estamos bien”. No existe la palabra “correcto”. Es intensidad y agresividad, es sudor. Es una ceremonia, es la convivencia del momento. El Candombe de verdad , dónde la alegría se genera por la unión de los músicos y el público y no por la temática. Y bueno, en el rock, el verdadero rock, igual o más. No existe el candombe-rock. Existe música pop que toma el ritmo del candombe. En “Macumba”, HPLE logró algo que tiene muy pocos ejemplos: combinar el rock de verdad con el candombe de verdad, encontrar los puntos en común de cada estilo. Y esto llevo a una música primitiva, agresiva e intensa cargada de salvajismo, transformándose en lo que de verdad es el candombe: no una canción, sino un ritual.

“Celebración” es lo que dice su título: una celebración por sus 15 años. Versiones diferentes de temas anteriores, algunos lados B y algún que otro cover. Una especie de suma de lo que la banda había hecho hasta el momento con la cabeza más cercana al disco anterior.

Este año 2015, 5 años y medio después de “Macumba”, Hablan por la Espalda lanzó su último trabajo discográfico titulado “Sangre”.

Desde su anuncio, incluso antes del lanzamiento del 1er single “Cabeza de Moto”, se esperaba que la banda presentara algo que se asemejara a “Macumba”. De ser otra banda (y más que nada, de haber menos espacialidad entre un disco y otro), podría ser. Pero visto que han pasado 5 años y medio, y bueno, que es HPLE (tomando en cuenta todo lo dicho anteriormente), no tendría sentido en realidad.

Es más, sin ir más lejos, ahora ya lanzado el disco, se pueden encontrar comentarios de que la banda, con este nuevo trabajo, “ha ahondado en la conexión del rock psicodélico y post-punk con la influencia autóctona del candombe afro uruguayo”. Discrepo.

“Ahondar” significaría sumergirse aún más en lo previamente buscado, seguir con la construcción y modo de trabajar y componer pero de manera más minuciosa. O sea, hacer crecer lo una vez plantado. “Sangre” no tiene nada que ver en este aspecto con “Macumba”.

Claro que hay rock psicodélico, post-punk, candombe y todo. Pero no por eso están “ahondando”. De haberlo hecho, habrían grabado composiciones aún más ritualistas, tal vez con solo 1 acorde, composiciones de mayor longitud, en las cuales cada canción es un “solo lugar”, un trance. Se habrían concentrado mucho en el ritmo y cómo variarlo (como una cuerda de tambores). Se habrían concentrado mucho en la cualidad del sonido, en su textura, y no tanto en el desarrollo melódico. Habrían grabado largas improvisaciones dónde el tiempo y el orden de cómo aparecen los elementos no importara tanto, dónde el pasaje del tiempo no fuera trascendente, sino el hecho de estar en ese ambiente. Y ya con el 1er minuto del disco nos damos cuenta que “Sangre” no va por ahí, que es algo nuevo. Ni siquiera está en el mismo plano de “Macumba”. Por ende, no se trata de “ahondar”. Este nuevo disco fue tomar otro camino llevando en la mochila aspectos del pasado, aspectos que sirven como herramientas pero no como la base y punto de partida de la construcción de los temas, o sea, de su forma y desarrollo.

Aunque es un retorno a la canción, no es de ninguna forma en el sentido más tradicional. En su gran parte, son más bien composiciones con un desarrollo, más allá de que se pueda detectar un verso y estribillo. En este sentido, HPLE tomó un camino más progresivo.

Aún así no me refiero al progresivo clásico. No es que tomaron influencias de música romántica, clásica o barroca y empezaron a hacer obras que simulen ser composiciones de la índole, ni letras de guerreros, los astros o crítica social (más bien crítica social directa). Es un progresivo en el sentido más de Led Zeppelin post- “IV”, Deep Purple, Iron Maiden: canciones rockeras musicalmente, pero con mayor desarrollo, con varias secciones que muchas veces no se repiten y se puede identificar un principio y un fin en el sentido más clásico. Es más, por los aires de más de los '60 uruguayos, hay que hablar de Totem (evidentemente), pero también de Psiglo y Opus Alfa.

No es que ahora la banda suene a estas bandas. Es más bien que en la parte compositiva, la forma de construir los temas, recuerda a ellas. Además, obviamente agregaron aspectos musicales de los mismos, combinándolos con lo anterior. Está siempre jugando entre las influencias más de los '60 con la de finales de los '70 y principios de los '80, siempre con un sonido actual, y claro, sin nunca perder lo punk. Es que todo esto, teniendo en cuenta que no es lo mismo que lo anterior, deja en claro la actitud más punk de la banda.

La prolijidad es un elemento clave, el cual se ve reflejado en varios aspectos del disco.

Por un lado, por la parte compositiva. Además de lo dicho anteriormente, hay un enorme énfasis en los detalles y arreglos. Esto hizo que la banda funcione de una manera diferente a su disco anterior. Ya no suena como un bloque. Ahora cada instrumento obtiene mayor independencia, mayor consciencia de sí mismo. Sin embargo, ninguno toma un rol principal. Hubo mayor independización, pero todos a la par. Funcionan como instrumentos separados pero que van juntos por el mismo camino. Por decirlo de alguna manera, todos usas diferentes estrategias para llegar al mismo lugar. Esto permite que ningún instrumento se pierda ni quede opacado por otro. Están todos en el mismo nivel y se puede escuchar tranquilamente como un “todo” o prestar atención a uno en particular. En fin, podría tenerse diferentes escuchas de cada canción.

Por otro lado, la producción. Es un disco que suena prolijo, limpio, sin llegar al punto de “lavado”. Tal vez para un rockero de cabeza más cerrada no le guste esto, como si le quitara parte de la impronta de rock. En mi opinión, no tiene nada que ver con eso. Si tomamos en cuenta la parte musical, tiene mucho sentido. En un disco donde cada instrumento tiene que escucharse, dónde hay tanto detalle, dónde hay una construcción más elaborada con varias secciones, dónde el sonido tiende a algo menos primitivo, tiene mucho sentido que haya una mezcla y producción de estas mismas características. Es un disco que “suena bien”. Y en este caso es respetable, porque sin duda es una posición estética. Queda claro que la banda no dijo “queremos sacar un buen disco y produzcámoslo así porque supuestamente esto es hacer bien las cosas”. Siempre las hicieron bien. Sonar “mal” no es hacer las cosas mal. Es una estética. Digo, nadie va a decirle a Nirvana o cualquier otra banda sucia que hicieron las cosas mal. Es otra estética. Y en este caso, decir que le erraron por sonar más prolijos sería un error. Es una crítica desde otro lugar. Si se hacen comentarios, tienen que ser estando dentro de la estética, o sea, para que sean críticas más objetivas. Lo otro son gustos.

Además, esto genera cierta intriga de cómo sonará en vivo, porque claramente es imposible reproducir esta limpieza en un concierto e inevitablemente los temas irán hacia otros lugares.

Entrando en detalle con las canciones mismas, es un disco sumamente variado, sin duda el más variado de la banda. Es que entre que toma lo anteriormente utilizado más lo agregado, llegan a un abanico muy grande. Pero además de todo esto, la banda decidió ir por varios climas y dinámicas.

“Himnos de Incendio”, “Cabeza de Moto” y “Sangre (La Carga)” son los más influenciados por el rock nacional y el candombe, aunque cada uno con su propio estilo. “Himno...” es la más pesada y oscura, la más ritualista. “Cabeza...” es más ligera, teniendo hasta un aire funk en el verso principal y pasando por varios lugares en el correr del tiempo, como una sección un poco más clara y esperanzadora llegando al final. “Sangre” es la más liviana y más candombera de todas, o sea, un cierra que sin duda reafirma la reivindicación del rock nacional de finales de los '60 y comienzo de los '70 por bandas como Totem.

“Puede ser” abandona todo rastro de Uruguay, yendo a un rock más clásico y amigable, sin perder la oscuridad que envuelve la mayor parte del disco. Es más, sería rock más clásico por el estilo, pero aún así suena a algo muy actual.

“Ojos de Luna” adopta un clima más tranquilo y nocturno, pero sumamente oscuro. Es como un blues más citadino, una especie de reversión de los aires de blues que adoptó varias veces Pink Floyd en su etapa post- “Dark Side of the Moon” pero llevado por otros lugares, aunque el final sin duda es algo más de los '90 en adelante. No es un tema que llame mucho la atención por su estética, sino más bien por sus detalles y sobre todo por el contexto en el que se presenta.

“Canción del Remedio” es un tema en el que importa más su función dentro del disco y la banda que lo que puede aportar musicalmente. Es una balada lenta y desoladora, una balda en el sentido más ideal de la palabra, llevada por el piano y punteos lentos y cantables por parte de las guitarras. Musicalmente no es nada nuevo, pero dentro de lo que es HPLE, es sumamente novedoso. Además, “Sangre” es un disco con bastante fuerza y este tema es perfecto para calmar por un momento las aguas y limpiar los oídos.

“La Procesión” es una de las 2 canciones que mejor describe al disco y de los temas más épicos que ha tenido este país. Cuenta con unas 5 secciones diferenciadas. Ya desde su principio de diálogo entre 2 guitarras, nos avisa que “algo se viene”. Hay 2 secciones muy interesantes: un pasaje entre el 2do verso y el 2do estribillo, dónde rítmicamente varían el galopar constante que lleva al oyente y se escuchan varios detalles pequeños que enriquecen. La otra es una sección dónde la influencia del metal clásico de bandas como Iron Maiden y Black Sabbath queda evidente, teniendo el bajo y la batería como volante del ritmo motórico que lo lleva. Es el más claro ejemplo del aspecto progresivo del disco.

El otro tema a destacar es “En los días más oscuros”. Su introducción nos lleva por territorios un poco más tétricos y lo interesante es como con tan solo cambiar la tonalidad de La mayor a La menor, el tema se torna en algo un poco más etéreo y cristalino. La primer sección, con un ritmo lento, nos lleva a algo más clásico. Pero ya en la siguiente, dónde el ritmo se pone más rápido, nos lleva a algo más actual, con algo de punk más melódico. Es un tema con muchos detalles que no se lucen y pueden pasarse por alto, pero que están ahí. Sin duda el más alegre del disco.

Queda en claro que este disco nos trae una nueva cara de la banda y expande el campo musical dónde venías trabajando. Nos encontramos con materiales utilizados en otros discos, pero con mucha cosa nueva. Lo más destacable es la variante constructiva. Sin duda la manera en que la banda planificó cada tema es diferente. Eso, en el final, lleva a otro lugar. No es explorar en lo previo, sino en algo nuevo llevando como armas lo ya aprendido.

Pero lo cómico es que por más que sea así, en realidad no nos dice algo diferente de la banda. Cada uno de los 5 discos anteriores fue otra cara cada uno con su estilo y estética, con su forma de trabajo. Este también es diferente, pero como todos, entra dentro del concepto de que la banda es una búsqueda continua. Y siendo este disco tan amplio musicalmente, más allá de que hay un concepto general, nos permite no hablar de otras bandas, sino de la banda en sí. Es un disco que en fin habla de la banda misma. Sí, musicalmente podemos nombrar varias influencias, por algo fueron nombradas. Pero conceptualmente, aquí la banda habla de ellos mismos.

Hablan por la Espalda, desde su 1er disco, se transformó en uno de los actos musicales más interesantes de este país. Cada disco logra reafirmarlo, porque cada disco es un nuevo riesgo, un nuevo libro. Nunca vamos a escuchar 2 iguales, o al menos quien escribe no quiere.

Lo mejor de Hablan por la Espalda es la aventura, saber que en cada nuevo trabajo van a decirse “podemos llegar a perder todos nuestros fans” y aún así sigan en su búsqueda, porque de eso se trata.






Como siempre, varios links:

Facebook de la banda, dónde podrán seguirla: https://www.facebook.com/hablanporlaespalda?fref=ts

Y aquí su Bandcamp, dónde podrán escuchar este nuevo disco y todos sus anteriores. Recomiendo hacer la "Hablanaratón", que es básicamente escuchar todos los discos en orden, uno atrás del otro. Fue el método aplicado por quien escribe para entender de qué se trata todo esto: https://hablanporlaespalda.bandcamp.com/

Aquí un link para ver el videoclipo del 1er single "Cabeza de Moto": https://www.youtube.com/watch?v=9zEzk5BZ4zo

Finalmente, un video de su tema "Macumba" tocado en vivo, porque HPLE es de esas bandas que es otra al tocar en concierto: https://www.youtube.com/watch?v=r9T7Mza5Dis






HASTA LA PRÓXIMA!!!!