viernes, 28 de junio de 2013

Tinariwen - "Tassili"

Lo que traigo hoy es un conjunto que va más allá de la música. Es un movimiento  de liberación y de paz de un pueblo entero. Un grupo de nómades del Sahara que ha llevado el folklore de su pueblo a nuevos territorios musicales, sobre todo por la electrificación del mismo.

Aunque de a poco la banda se está haciendo más conocida, aún no ha ganado la popularidad que se merece, la cual debería ser mundial y a enorme escala.

Esta banda, proveniente de África, no solo toca una música enigmática y atrapante, sino que sus letras son poemas de reflexión, paz y en su mayor parte tristeza de la realidad que los rodea e incluye.

Esta banda se llama Tinariwen (significa “espacios vacíos”, como referencia al desierto), una banda del grupo de nómadas conocidos como Touareg liderada por Ibrahim Ag Alhabib, guitarrista y principal compositor y cantante. La banda es hoy en día como el escudo de esta población, mientras que Ibrahim es ahora considerado como el vocero y guía de los mismos. Para entender bien a esta banda, hay que tener idea de que se trata este grupo étnico y de la historia personal de la banda.

Para empezar, los Touareg son un grupo de nómadas agricultores que viven en el desierto del Sahara. Viviendo en una zona tan inhóspita, rondan por el mismo con sus camellos (y ahora en 4x4), aunque hoy en día ya tienen zonas en las cuales se han establecido. Durante más de 2 milenios, vivieron pacíficamente en este vasto desierto. Sin embargo, desde los años de conquista europea, el territorio fue dividido en varios países, tales como Nigeria, Mali, Chad, etc. Y debido a esto, los Touareg se vieron obligados a dividirse, perdiendo así su dominancia en el territorio. Pero siempre ha habido tensiones y reclamos de los Touareg por su independencia de estos países. Esto ha llevado a varias guerrillas, las cuales muchas veces han terminado en masacres en ambos lados. Y como consecuencia, sus vidas han empeorado, muchas veces terminando en la miseria, y sin duda desgracia.

Los miembros de Tinariwen han sido parte de esto desde siempre. Todo empezó con la infancia de Ibrahim. Él vivía en un campo de refugio en la parte del Sahara de Algeria. Era siempre solitario y por odiar la escuela, siempre se escapaba e iba a estar tranquilo por el desierto. Fue cuando vio una película Western con un hombre tocando la guitarra que se interesó por la música. Por ello, construyó su primer guitarra con una lata, un palo y unos cables de freno de bicicleta. A los 9 años se escapó de su casa y empezó a trabajar de forma zafral y dura con otros exiliados.

A fines de los ’70, se encontró con un grupo de chicos que compartían con él sus intereses por la música y decidieron formar una banda. Aunque tocaban el estilo folklórico de los Touareg, cantado en Tamashek (idioma de los mismos), también incorporaban alguna que otra cosa de músicos como Santana, Jimi Hendrix, etc. Sus letras no se trataban de héroes como las típicas canciones, sino de esperanza y tristeza por el exilio. Era un mensaje de esperanza y reflexión, buscando la paz con letras que describieran las vivencias de los Touareg, todo lo que sufrían y su pasión por el desierto. Aún más interesante era el hecho de que no tocaban con instrumentos acústicos, sino que usaban guitarras eléctricas, algo totalmente innovador en la música de los Touareg. De esta forma fue que se los asocio a veces con el Rock. Al empezar a tocar en vivo, se los empezó a llamar “Kel Tinariwen” (“Los chicos del desierto”).
Aunque disfrutaban de tocar, a finales de los ’80, el coronel Ghadaffi decidió darles a jóvenes Touareg un duro entrenamiento militar con el fin de expandir su territorio. Los miembros de Tinariwen lo vieron como una oportunidad única para poder ayudar a su pueblo y se unieron.
Cuatro años después, fueron invitados a vivir en un campo de refugio con otros Touareg. Ahí empezaron a grabar cintas que serían pasadas libremente. Fue de esta forma que su mensaje se empezó a dispersar por todo el pueblo Touareg. Pero frustrados de no conseguirlo al nivel que deseaban, los miembros de la banda se exiliaron a Mali. Y fue ahí cuando una rebelión de Touareg en contra del gobierno de Mali estalló. Duro 6 meses y fue una enorme masacre.
Al finalizar, pactos entre ambos lados fueron firmados. Sin embargo, estos no beneficiaban a los Touareg en nada más que en que no hubiera más muertes.

Cansados de la guerra, los miembros de Tinariwen se pusieron a trabajar en la música a pleno. Esta vez tenían que lograr expandir su mensaje más allá de su pueblo, porque vieron que la solución no se encontraba tanto de su lado sino del otro. Fue gracias a un festival en Londres, en el cual se apreciaba mucho la música de otros países, en el que consiguieron atención pública. Y luego pudieron grabar su primer disco de estudio, “The Radio Tisdas Sessions”, con el cual empezarían una carrera con éxito.

Desde entonces han sacado 4 discos de estudio más 1 en vivo. Su popularidad ha crecido en todo el mundo, llamando la atención de no solo aquellos amantes de la música étnica, conocida como World Music (una generalización demasiado amplia, ya que integra cualquier estilo musical que no sean los populares como Rock, Pop, Blues, etc. o cualquiera que no sea de Estados Unidos o el Reino Unido.  Básicamente, todo lo que no sea parte de la asquerosa Industria Musical, una denominación que hace transparente el objetivo totalmente económico careciente de cualquier valor artístico más que aquel que pueda otorgar aún más dinero), sino que también de los amantes del Rock. Su popularidad creció enormemente gracias a "Imidiwan Winakalin", una canción del 3er disco llamado "Aman Iman", la cual es sin duda una de sus mejores canciones. Les dejo un link para que la puedan escuchar: http://www.youtube.com/watch?v=Dw35mQob8pw

Ahora empecemos con la banda y su sonido.

La banda, para empezar, no tiene una formación establecida. Como se dice entre los Touareg “cualquiera que se haya topado con los músicos son parte de la banda”. Y esto es cierto. Si se topaban con una persona que tuviera un 4x4 en excelente estado, lo invitarían. Tinariwen es más que una banda. Es como una familia. Aun así, Ibrahim, Alhassane Ag Touhami, conocido como “El Leon” y algunos otros han sido siempre miembros de la banda. La formación de la banda siempre ha consistido de varias guitarras, entre ellas eléctricas y acústicas, un bajo, percusión (nunca ha sido batería, siempre percusión típica de la música africana) y voces femeninas. En los últimos tiempos, Ibrahim y Alhassane han sido los principales compositores de la banda, manteniéndose Ibrahim como líder y vocero.

La música de Tinariwen es folklore Touareg per-se. Es música tradicional de este pueblo. Sin embargo para los oídos occidentales son una banda muy fácil de escuchar. Y la razón es porque en esta música se encuentran las raíces del Blues. El uso de escalas pentatónicas (escalas musicales de 5 notas) con los intervalos de la conocida escala pentatónica de Blues (aunque en este caso el uso es mucho más rico, ya que no usan siempre la misma nota como la tónica, o sea, la nota de “partida”, de “base”) logra una conexión directa. Sin embargo, el folklore Touareg, al no estar occidentalizado como el Blues, no tiene progresiones armónicas. No hay acordes. En algunos casos los puede haber, sobre todo cuando las influencias se acercan más a las del noreste de África (recordemos que al tratarse del Sahara, las influencias musicales vienen de muchos puntos geográficos), pero generalmente son notas pedales (siendo estas la nota “base”) con diferentes riffs de guitarras.

Son las raíces no solo por lo musical, sino por su significado. Como sabemos, el origen del Blues estadounidense viene de los esclavos de raza negra, los cuales cantaban en grupo para mantener el ritmo de trabajo, cantando sobre la esclavitud, la soledad y tristeza, la libertad y de la unión como comunidad. Pues las letras de Tinariwen hablan de lo mismo. Hablan de la tristeza y miseria que los rodea, de la liberación de las potencias políticas de África que les están destruyendo la vida, de mantener la fuerza y salir adelante para luchar y de la unión del pueblo Touareg. A su vez, hablan muchísimo del desierto (que en Tamashek se dice “Tenere”), su hogar,  con enorme pasión.

Todo esto hace que la música tenga una forma particular. Para empezar, las letras son, por lo general, en forma de pregunta-respuesta, cantando un verso el cantante principal seguido de otro verso, o la repetición del mismo, por el resto del grupo.

A su vez, se trata de una música ritualista. En los temas más tranquilos, hay una enorme evocación a la reflexión colectiva, la cual la llevan a cabo, por lo general, en fogatas en el medio del desierto. En los temas más movidos, el ritmo es sumamente importante, pues a estos se les acompaña de un baile colectivo. Lo increíble es que, aunque siendo alguien totalmente lejano a esta cultura y vivir en una cultura occidental, uno de verdad percibe esto. En los temas tranquilos se evoca un ambiente de unión, un ambiente de fogata en el medio de la naturaleza, alejado de la vida citadina. Y en los temas movidos, a uno le dan ganas de bailar y moverse.

La música de Tinariwen, además de las influencias de su comunidad, está influenciada por otros grandes artistas de África, sobre todo de Mali, siendo la máxima influencia el gran guitarrista y músico Ali Farka Touré, uno de los mejores guitarristas que han tocado el instrumento en la historia. Pero también ha habido influencias del rock, sobre por Led Zeppelin y Jimi Hendrix. Aunque esto no se refleja en la composición, sí se refleja en el gran uso de guitarras eléctricas distorsionadas, manteniéndose siempre el toque típico del folklore Touareg pero con ciertos detalles que hacen recordar a estas 2 influencias. Esta combinación hace que Ibrahim Ag Alhabib, quien es el principal guitarrista de la banda y es el que más hace uso de la guitarra eléctrica, se haya transformado en un guitarrista increíble, teniendo un toque y sonido totalmente único y en tal vez uno de los mejores guitarristas de hoy en día, por no decir de la historia post-50’s.

El disco que traigo es el 5to álbum de estudio de la banda, lanzado el 29 de Agosto del 2011. El título nace por Tassili n'Ajjer, una zona montañosa en la zona del Sahara de Algeria, donde se grabó el disco.
Este es un disco “diferente” por varias razones (lo digo entre comillas porque no es tanto porque es algo bastante sutil dentro de todo).

Para empezar, fue grabado en el medio del desierto, haciéndolo el 1er disco de la banda grabada en su hogar y no estudios en ciudades grandes como París o Bamako, Mali. Esto hace que el álbum sea aun más personal.

Pero a su vez, esta región ocupa un lugar importante en la historia de los Touareg. Tassili n'Ajjer fue una zona de pasaje seguro para los Touareg que viajaban desde los campos de refugio en Libia hacia las zonas de batalla en el norte de Mali en los ’80 y los ’90 durante la rebelión Touareg. Fue en estas épocas y zona donde los integrantes fundadores de la banda empezaron a reunirse como exiliados políticos para tocar música en fogatas de los campos de refugio.

Eyadou ag Leche, uno de los miembros de la banda, dijo sobre el álbum: “Queríamos volver a nuestros orígenes, a la experiencia de estar exiliados. Esos eran tiempos en los que nos sentábamos en fogatas a cantar canciones pasándonos la guitarra entre nosotros. Tinariwen nació en esa rebelión, en esa atmósfera. Entonces lo que escuchas en “Tassili” es el sentimiento de ishumar (música de la rebelión Touareg)”.

Todo esto hace que el disco sea bastante más tranquilo que sus previos, careciendo de las canciones con ritmo y baile y siendo en su mayoría, a excepción de unos 4 temas, totalmente acústico, o sea, sin el sonido de guitarra eléctrica por el cual han llamado bastante la atención, entre otras razones.

Las canciones tienen un enorme ambiente de fogata y tranquilidad. La musicalmente, en su mayoría, es bastante alegre, sobre todo desde la mitad en adelante. Sin embargo, las letras son bastante duras, hablando de la progresiva desaparición del pueblo Touareg, recuerdos de la rebelión, soledad y tristeza. Pero en cada uno de estos temas hay un toque de esperanza. Incluso cuando habla de la progresiva desaparición de este pueblo, convoca a una mayor unión del mismo para su reflote.

El disco también tiene como particularidad la participación de artistas de géneros más populares, como Kyp Malone y Tunde Adebimpe, integrantes de la banda de rock alternativo TV on the Radio, en "Walla Illa", "Imidiwan Win Sahara", "Tenere Taqhim Tossam", Gregory Davis y Roger Lewis de Dirty Dozen Brass Band en "Ya Messinagh" y Nels Cline en "Imidiwan Ma Tenam". La participación de estos artistas hace que en estas canciones haya un aire más cercano al rock, cada una volcada más hacia el lado del artista que participe (aunque esto se da porque estos no están familiarizados con el lenguaje musical de la banda y por ende, su participación tiene un lenguaje perteneciente al que suelen tocar).

Por tratarse de folklore, es difícil hacer una gran distinción y comentarios acerca de cada tema. Pero algo se puede. Hay que SIEMPRE tener en cuenta que se trata de folklore de una población lejana a la tradición occidental y por ende, los valores y estandartes de la música occidental no entran, más que nada el de "originalidad" y "variabilidad". Es otro lenguaje, otro cultura, otra concepción y significado de la música.

Dejando de lado las letras, de las cuales ya hable y que en sí, al menos que uno lea las traducciones, cosa que casi nadie hace a excepción de fisuras como yo, podemos dividir las canciones en ambientes que evocan guiándose estrictamente por la música.

Temas como “Imidiwan Ma Tenam”, “Assuff D Alwa”, “Ya Messinagh”, “Djeredjere” son las más tristes y melancólicas. Son canciones oscuras con una evocación de ritual bastante penoso. Aun así, son de ritmo bastante marcado y penetrante. Es interesante la combinación de guitarras acústicas con una guitarra eléctrica tocada con slide y bastante reverb en el 1er tema. Es sin duda uno de los grandes temas del disco. “Djeredjere” es el más íntimo de estos, tratándose de Ibrahim cantando y tocando la guitarra y una simple percusión acompañando.

“Tenere Taqhim Tossam” es la que más se aparta de todas, no solo del disco, sino del repertorio entero de la banda. Es una mezcla perfecta de la música de Tinariwen con el rock alternativo que traen los 2 integrantes de TV on the Radio. Diría que la combinación es de 50-50. El rasguido de la guitarra es touareg, pero la armonía es más cercana la de TV on the Radio. Las melodías por Ibrahim son más cercanas a las de su tradición, mientras que las de Tunde Adebimpe y los coros de los 2 TV son más de rock alternativo. Es un interesante encuentro intercontinental.

A partir de “Walla Illa”, el disco se pone muy alegre y entreñable. En este tema, vuelven a acompañar los chicos de TV on the Radio. Sin embargo, el tema es totalmente Touareg y lo único que se apartan son los coros de estos 2.

“Tameyawt” es tal vez la canción más personal de todo el repertorio de la banda. Se trata de una canción en la que se encuentra Ibrahim tocando la guitarra y cantando totalmente solo. Lo hace aún más personal el hecho de que la guitarra no hace más de 2 notas a la vez, a veces incluso termina siendo una monodia, creando un vacío sonoro aún más grande. También la forma de cantar de Ibrahim, calma, tranquila, agasajadora y rasposa, ayuda para lograrlo. Pero lo que hace que suene “diferente” a las demás canciones es porque no usa una escala pentatónica, sino una heptatónica, en este caso un modo mixolidio. Cuando uno la escucha, se da cuenta que hay algo diferente en la progresión melódica y son esas 2 notas “extra” (ya que como les había dicho, siempre se tratan de escalas pentatónicas) lo que la hacen particular.

“Tiliaden Osamnat” nos lleva a las canciones de baile de la banda. Como debe serlo, tiene un ritmo bien marcado y potente, acompañado de palmas que invocan a una actividad en grupo.

El disco cierra con “Takest Tamidarest”, un tema muy tranquilo que evoca el ambiente de fogata en la noche más que ninguna del repertorio de la banda. Se trata de 2 guitarras, una voz muy calma y una percusión a un volumen muy bajo. Es un gran tema. Lo más interesante es la melodía principal de la guitarra, la cual demuestra lo único que es la forma de tocar de esta tradición musical, y siendo en este caso, irreproducible de verdad.

Es sin duda un disco asombroso, cargado de sentimientos y de una música que llega al alma.

Musicalmente, es de gran valor, por tratarse de una música que es ajena al oído occidental pero que atrae fácilmente. A su vez, contiene letras de gran valor, cargadas de lucha, esperanza, tristeza y unión. Siendo la música que más vende careciente de contenido y profundidad, hablando siempre de cosas totalmente banales e intrascendentes, como de amores inexistentes expresados con una superficialidad abrumadora o de cuanto hay que “romperla” en el baile, letras como estas deben destacarse, pues hacen crítica a situaciones injustas de la actualidad y hablan de temas que de verdad son importante y que a su vez, nutren y abren las mentes de los que las escuchan (en nuestro caso, de aquellos que lean sus traducciones o al menos sean conscientes de las temáticas generales).

No es una música para escuchar y pasar el rato y decir “ah sí, me gusta y mucho”. Se puede hacer eso, pero no se estaría aprovechando. No se estaría exprimiendo el verdadero significado y valor. Hay que entender que es una música que tiene que evocar y ayudar a que nazca los sentimientos y enseñanzas que transmite: la lucha, la igualdad, la alegría (más bien el deseo de la misma) y por sobre todo, por sobre todo, la unión y el compañerismo. Es de esas bandas que tienen que ser compartidas con alguien más, o más bien, que de ser compartidas, se sienten mucho más. Y esto lo digo por experiencia. Comparto varias bandas con varios seres muy queridos, pero solo con esta me sucede esto que digo. Esta banda la comparto con un gran amigo del alma y la unión que me genera con él es inmensa. Y no es  simplemente por el poder de la amistad. Es por la música, porque hay algo que transmite esta música.

Para aquellos que ya conocemos la banda, es un disco diferente pero sin duda entrañable, que va queriéndose cada vez más y más con cada escucha. Para aquellos que la están conociendo por primera vez con este disco, van a encontrarse con un nuevo mundo y sin duda una nueva forma de acercarse a la música. Sin embargo, a estos “primerizos”, les recomiendo que escuchen el 3er disco de la banda, “Aman Iman”. Es tal vez su mejor (aunque esto, por tratarse de folklore y por ende, no haber una gran variante entre disco y disco y canción y canción, es más que nada por gusto personal, totalmente subjetivo). Pero más que nada, ayuda a tener una visión más amplia de la banda, ya que contiene todo: temas acústicos y temas eléctricos, temas tranquilos como temas muy movidos y bailables, temas tristes y oscuros como alegres.

Espero que les guste y les llegue tanto como a mí.





Les dejo un link de un corto documental acerca de la banda y su significado para la población Touareg: http://www.youtube.com/watch?v=BnwEzvm_rH8


Aquí otro link para que puedan leer las letras en inglés de este disco: http://www.tinariwen.com/tassili-lyrics-2/

Y aquí otro link para que puedan ver un video corto de las sesiones del álbum: http://www.youtube.com/watch?v=N2B8wIOIeO8


Dejo algunas canciones para que escuchen:

"Walla Illa" (versión en vivo): http://www.youtube.com/watch?v=QwEykYTTJIA
"Iswegh Attay": http://www.youtube.com/watch?v=VoPPMktXCEI






HASTA LA SEMANA QUE VIENE!!!! 
  






viernes, 21 de junio de 2013

Michael Brecker - "Pilgrimage"

Como había prometido en la reseña anterior, hoy les traigo un disco de Jazz. Pero no es cualquier disco.

El disco que presento hoy es el último que lanzó Michael Brecker, el saxofonista más influyente del jazz después del gran John Coltrane, el 22 de Mayo del 2007, 4 meses después su muerte a causa de leucemia el 13 de Enero del mismo año.

Este saxofonista y compositor vio la luz al éxito con su primer banda llamada Dreams, una banda de jazz rock, estilo que tuvo su auge en los ’70. Aunque su vida fue corta, le abrió las puertas, iniciando una exitosa y prolífera carrera junto a su hermano Randy Brecker, trompetista cuyo nombre es sin duda menos importante en el mundo del jazz.

Su carrera incluyó un buen número de discos solista así como una enorme cantidad de colaboraciones, tanto en el grupo que formó con su hermano, The Brecker Brothers, y Steps Ahead, la banda del vibrafonista Mike Mainieri, como en otras junto a grandes jazz, como Herbie Hancock, Pat Metheny, Billy Cobham, Chick Corea, Charles Mingus, Jaco Pastorius, McCoy Tyner y Elvin Jones, y grandes del rock, como John Lennon, Paul Simon, Joni Mitchell, Eric Clapton, Frank Zappa, James Taylor y Bruce Springsteen.

Michael Brecker fue sin duda un antes y después para el saxo en el jazz. Desde John Coltrane que no aparecía alguien que marcara un verdadero cambio. Es verdad que en el camino estuvo Wayne Shorter, que grandes cosas aportó, tanto como solista como en sus trabajos con Miles Davis y su influyente banda de jazz fusion Weather Report. Pero fue Brecker quien marcó un nuevo rumbo.

Es que uno escucha a cualquier saxofonista post-Brecker y las influencias de este grande se encuentran en las bases de todos. Su capacidad de lograr una técnica virtuosística pero a su vez una calidad melódica de enorme superioridad es lo que lo hace un grande.

Muchas veces se escuchan guitarristas, bajistas, saxofonistas, lo que sea, con una calidad virtuosística enorme pero con una falta melódica enorme. Estos hombres saben las escalas de punta a punta y empiezan a pasar por ellas como una bala. Felicitaciones por su rapidez y agilidad, pero no dicen nada amigos. Son notas tocadas a gran velocidad.

En mi opinión, un gran instrumentista es aquel que puede crear algo que melódicamente sea increíble. Siempre cito a Neil Young, un guitarrista que carece completamente de virtuosismo técnico. Sus solos son extremadamente fáciles de tocar. Ahora, nadie, y digo NADIE, los toca como él. Y esto es lo que sucede con Brecker.

Brecker tiene la capacidad de tocar super lento y llenarnos el corazón. Pero lo grandioso es cuando llega a un gran virtuosismo y a su vez tiene la capacidad de crear algo que hasta se puede cantar, algo que nos llega al alma. Es un hombre cuyo tocar tiene sentido constantemente. Nunca hace que el virtuosismo deje de lado la parte melódica y a su vez, la parte melódica nunca llega a aburrirnos.

Es que yo siempre sostengo que los mejores instrumentistas son los del jazz. No hay con que contradecirlo. Técnicamente, son las bestias de la música, porque llegan a un virtuosismo increíble, pero a su vez, saben improvisar de verdad. Pueden estar modulando de escala cada 2 acordes y aun así lograr un solo con una sofisticación y profundidad inigualable. A alguno le podrá gustar más ciertos guitarristas de rock, pero discúlpenme (y esto lo digo porque en mi Top 10 guitarristas, la mitad serían de rock y la mitad de jazz), los músicos del jazz son los reyes y todos deberíamos arrodillarnos ante ellos. Y ya entenderán en los próximos párrafos por qué lo digo, porque este hombre estuvo muy bien acompañado en este disco.

En el 2004, Brecker fue diagnosticado con leucemia. Realizó una exhaustiva búsqueda de un donante pero de nada sirvió y supo que estaba condenado a la muerte.

De a poco su salud fue emporando y su cansancio era notorio. Sin embargo, su entusiasmo no y tuvo la gran motivación de hacer un nuevo disco, sabiendo perfectamente que este sería su último.

Como gran músico, y bueno, como toda gran persona, sabía que al ser su último trabajo, este tenía que ser genial, una perfecta despedida. Y obviamente, para lograr esto, Brecker fue en busca un gran equipo.

En este disco lo acompañan Pat Metheny en guitarra, Herbie Hancock y Brad Mehldau alternadamente en piano, John Patitucci en contrabajo y Jack DeJohnette. En otras palabras, uno de los mejores guitarristas de la historia, 2 de los mejores pianistas de jazz de la historia, uno de los mejores contrabajistas de la historia y uno de los mejores bateristas de la historia. Básicamente, un mega dream team. Cualquiera de estos tiene la versatilidad estilística, la destreza técnica y la calidad melódica que cualquier músico desearía tener, sin duda.

En este disco encontramos algunas de las más complejas composiciones que escribió Brecker. Las progresiones armónicas a veces parecen de otro mundo. Los enlaces armónicos son tan originales que en momentos parece que estuviéramos escuchando el futuro del jazz, lo cual abre las puertas a una improvisación sumamente original y profunda.

Algo super interesante son los temas compuestos para las composiciones.  Algunos, como el de “The Mean Time”, son cortos y super pegadizos. Pero otros, como el de “Tumbleweed” son tan largos que dejan de ser temas y se transforman en un trabajo de ensamble de cámara de alto nivel. Es que es de verdad sorprendente como pasan de la improvisación a lo preparado anteriormente sin siquiera pestañar. Lo logran con una naturalidad y perfección sobre humana.

Pero lo más sorprendente es la energía del disco. Uno esperaría que, debido a la salud de Brecker, el disco fuera un poco más melancólico y triste. Sin embargo, Brecker llega con una energía inigualable, creando composiciones con una enorme adrenalina. Incluso en las más tranquilas, como "Five Months from Midnight" y "When Can I Kiss You Again?" (cuyo título nace de las palabras de su hijo antes de que Brecker entrara en aislación luego de una operación), la emoción que se genera es increíble. Es que es lo que tiene este disco. Cuando lo escuché por primera vez, no podía dejar de decirme “POR DIOS! POR DIOS! COMO LO HACEN!!!!”.

Esto es debido a que, además de las composiciones mismas, los músicos pusieron un enorme esfuerzo y pasión al grabar. Todos sabían que sería la última vez que tocarían con su gran amigo y sabían que tenían que poner el entusiasmo que nunca antes habían puesto. Y esto se nota.

Los ritmos que logra DeJohnette, las bases que toca Patitucci, los solos y acompañamientos dementes de Hancock y Mehldau, los solos y temas que tocan Brecker y Metheny; todas estas cosas están en un nivel desorbitante. He escuchado varios discos de cada uno de ellos y quiero decirles que pocas veces los he escuchado con tanto nivel, tanta pasión, tanta energía, tanta calidad.

Si tuviera que resumir el disco en una sola palabra sería “energía”. Es lo que tiene este disco. Es un constante “VAMOS! DENME MÁS!”. La emoción que genera este disco es impresionante.

Pero hay algo llamativo de este disco. Se logra una enorme calidad, un enorme virtuosismo, una enorme liricidad y aun así es un disco fácil de escuchar. Es un disco alegre y complejo pero que puede ser escuchado hasta por un desconocedor de este género. Es más, sería un excelente comienzo para un curioso que quiere empezar a escuchar jazz. Claro, todos sabemos de los discos de Miles Davis y John Coltrane, esos discos que marcaron historia y que tienen una magia enorme y son fáciles de escuchar. Pero este disco es de hoy en día. Es actual y suena actual. Alguien que escucha música de hoy en día y quiere empezar a escuchar jazz, no le va a convenir escuchar algo de esos 2 artistas, por más grandes que sean, porque quieran o no, uno se da cuenta que es un sonido más viejo. Increíble, pero viejo. Y alguien que esté acostumbrado a escuchar rock del fines de los ’90 y del siglo XXI va a necesitar un sonido más actual. Una vez que esté adentrado este género, o cualquiera, ya no hay vuelta atrás y va a tener tiempo para viajar en el mismo y descubrir esas grandes gemas que moldean un género.

Es un disco muy valioso, tanto para el jazz como para la música en general. Lo que se presenta aquí, como dije, es de enorme calidad (creo que mi extremismo superlativo quedó bastante claro) y es sin duda de los mejores discos de jazz de los últimos años (es pronto aún para decir que es de los mejores de la historia, pero conociendo mi emoción, en 2 semanas lo estaré diciendo….). Pero acá se demuestra que la vida puede ser increíble hasta el final.

Brecker se encontraba con una salud deteriorada y con una muerte cerca e inevitable. Y uno esperaría que este hombre no produjera nada o, si lo hacía, fuera algo con cierta tristeza. Sin embargo logró un disco lleno de vida, energía y alegría. Tal vez nunca estuvo tan vivo como en ese momento.

Es algo que duele. A los amantes de su música por haberlo perdido y saber que nunca más tendrán la oportunidad de escucharlo. Pero creo que es un dolor que todos deben sentir, a mayor o menor medida. Creo que sí, porque se trataba de una buena persona, de alguien que aportó mucho al arte, la cultura y la humanidad. Creo que hoy en día, la empatía es lo único que nos puede salvar y unir y hay que saber que cada vida, no importa cuán famosa o importante sea, es de gran valor. Creo que ese indiferencia por la muerte de alguien que no es cercano a uno, esa indiferencia que se transmite en los informativos, esa indiferencia que se muestra en una película de acción cuando el “héroe” mata a 40 personas como si fuera algo divertido y de grandeza, es paupérrima, desagradable, degradante y patética.

Herbie Hancock dijo sobre este disco: “Michael ha alcanzado un nuevo nivel como compositor y músico. A pesar de su enfermad, o más bien debido a ella, se las ingenió para escalar montañas más altas y seguir adelante. La mejor forma de tomar un veneno es transformarlo en medicina. En este momento, Michael está experimentando algo sumamente destructivo y lo transforma en algo extremadamente constructivo”

Como amante de la música, como amante del jazz y como amante de la música de Brecker, me dolió mucho su muerte. Y más aún al escuchar este disco. Sin duda me quebró el alma al escucharlo.

Pero a su vez me dejó contento y emocionado. No solo tuve la enorme oportunidad de escuchar un disco que de verdad transmite algo, con una calidad compositiva enorme, una técnica asombrosa y una energía y vida infinita, sino que me hizo saber que la vida se vive hasta el final y que nada, pero nada, puede detenerlo a uno cuando la pasión es más grande que cualquier enfermedad.

Michael Brecker fue un ejemplo, como músico y como persona. Y aquí estoy yo, 6 años después diciéndole “Gracias por tu música. Me has cambiado de por vida y siempre te tendré en mi corazón.  De verdad conseguiste la grandeza y supiste como despedirte. Y maldito hijo de puta, te fuiste y nunca tuve la oportunidad de preguntarte como mierda lo hacías!!!!”


Les dejó aquí un mini documental sobre las sesiones del disco:



Lamentablemente hay solo 2 canciones subidas a Youtube, pero como se tratan de las mejores del disco, creo que ya es una buena razón para salir a buscarlo para escucharlo en su totalidad:






Espero que les guste y hasta la semana que viene!!!!!