Creo
que es más difícil llevar adelante un 2do álbum que un debut.
Cuándo uno decide sacar su primer disco, tiene que ver cuál es la
cancha que quiere marcar, y más que nada, demostrar que hay calidad.
Sin embargo, siempre está la frase “es el 1er disco”, la cual
evidencia un estilo de paciencia por parte del oyente, como si este
no esperase que en un debut las cosas estuvieran en condiciones
óptimas. “Recién empezaron”. El debut es un inicio, y si el
artista en su primer álbum sonara muy parecido a sus influencias,
muy pocos lo objetarían.
Pero
toda esa paciencia y comprensión, ese optimismo, al llegar el 2do
álbum, puede desaparecer. Es porque se espera que la banda traiga
algo nuevo. Todo lo “permitido” en el debut no puede estar en el
2do. Y gran problema si el debut es considerado un trabajo super
completo. Superar lo una vez alcanzado es difícil, más cuándo el
público, por lo general, no recibe bien los cambios.
Vincent
Vega (Uruguay) lanzó su primer trabajo discográfico en el 2009.
Para ese entonces, se trataba de un dúo: Matías González Marichal
(guitarras y voz) y Mauricio Sepúlveda (guitarras y voz). El disco
nos traía una música folk con un sonido actual que fácilmente
podía llevar al territorio del denominado indie-folk. Entre melodías
estiradas, arreglos vocales armonizados de una manera convencional
que por más obvio que fueran, funcionaban a la perfección dentro de
ese enfoque musical, y arreglos de guitarra que no desperdiciaban las
posibilidades que permiten los dúos, se lograba una especie de
tranquilidad irreal, dónde lo meloso no llegaba a lo pomposo (al
menos no para quién escribe) y la ternura nunca agobiaba (aunque
obviamente siempre nos encontrábamos entre flores e inocencia).
Sin
duda que lo más interesante de este disco se encontraba en las
guitarras. No por las armonías, ya que el dúo nunca se alejaba de
un tonalismo/modalismo típico con algunos giros que podían dar
mayor interés, sino por la interacción entre ambas guitarras. Los
arpegiados en una especie de contrapunto en dónde las voces de cada
guitarra se unían entre sí y generaban líneas que se combinaban
atrapaban rápidamente. Un buen ejemplo era el tema más interesante
de ese primer álbum, “Un poco más feliz”.
El
dúo hace ya un par de años que pasó a ser un cuarteto, sumándose
Leandro Mangado al bajo y Emiliano Pérez Saavedra a la batería. Al
mismo tiempo, las guitarras acústicas fueron de a poco siendo
suplantadas por eléctricas. Y sucedió lo que era esperable: del
Folk al Folk-Rock.
Luego
de 5 años de su primer lanzamiento, Vincent Vega, ahora como
cuarteto, lanzó su 2do trabajo de estudio, titulado “El Gran
Galgo”.
En
este disco, gracias al instrumental (y más que nada al enfoque
musical del cual partían y el que ahora han incorporado), nos
encontramos con un folk-rock electrificado (poca presencia hay de
guitarras acústicas). Influencias como The Beatles en los discos
“Help!” y “Rubber Soul”, Bob Dylan post-“Bringing it all
back Home”, The Band, The Byrds, Buffalo Springfield, Creedence
Clearwater Revival, Grateful Dead de principios de los ’70, Moby
Grape, son algunas de las que podemos encontrar con mayor facilidad.
No
se dejan afuera algunas de las influencias que encontrábamos en el
disco anterior, sobre todo porque estas también están ligadas al
sonido del folk-rock de los ’60 y comienzos de los ’70. Por eso,
Simon & Garfunkel, Neil Young (en su etapa más folk), The Beach
Boys, Johnny Cash (tal vez más en este disco que el anterior), son
otros de los que podemos escuchar en el sonido del actual Vincent
Vega.
Algunas
cosas que encontrábamos en el debut se han perdido en este 2do
trabajo discográfico. Aquellas melodías estiradas fueron
sustituidas por un fraseo más dinámico que acompaña el ritmo del
resto de los instrumentos. A su vez, esa ternura y paz que podían
traer las canciones fueron reemplazadas por un ambiente más alegre y
eufórico (sin llevarlo a extremos).
Algo
que tampoco encontramos con tanta presencia es la forma en qué
dialogaban las guitarras, ese contrapunto del cual hablaba
anteriormente, que sin duda era la parte más fuerte de ese primer
encuentro con el dúo.
Pero
la reseña empieza con el desafío del 2do álbum, la prueba de fuego
para una banda. Y habría que pensar si lo anteriormente dicho, lo
que suena como “negativo”, solapa lo que se podría ver como
“positivo”, o si este último tiene mayor peso y este nuevo álbum
sale victorioso.
Es
verdad que la estética musical de la banda ahora pueda ser un poco
más predecible. Hay canciones que fácilmente pueden encasillarse en
un estilo, incluso en un artista en particular de los ya nombrados.
Pero no pondría el adjetivo de “menos original”. No tanto porque
ahora sea lo contrario, sino porque antes tampoco nos presentaban
nada que no pudiera definirse. Vincent Vega, desde un principio, no
se caracterizó por la originalidad, sino por el trabajo y desarrollo
dentro un territorio musical ya bien definido.
Es
verdad que el interés de las melodías en el primer disco se daba
por ese estiramiento, pero a la
vez, podía a veces ser agotador. O
más que agotador, repetitivo. En este disco, las melodías tal vez
no tienen un toque tan personal, pero nunca cansan. Siempre están
activas y a la par con lo que la parte instrumental intenta plasmar.
Algo interesante, a su vez, es que en este disco los timbres de las
voces se despegan más. No es que el timbre de las voces haya
cambiado en sí, pero sin duda ambos cantantes han evolucionado mucho
y de a poco parecen definir sus propias voces. Lo que antes
funcionaba como “la voz de Vincent Vega”, ahora son 2 voces.
Vincent Vega ahora tiene 2 voces. Es que cada cantante ha llevado las
cualidades que apenas se asomaban en el primer disco a un nivel un
poco más notorio.
Por
el lado de González, el abandono de las melodías largas lo ha
ayudado a explorar otras con otros saltos que no solo enriquecen su
instrumento, sino que demuestran que tiene un amplio registro vocal y
un gran manejo de los agudos. Además, gracias a estas melodías con
mayor movimiento, ahora los pasajes de una nota a otra a través de
glissandos (pasajes de una nota a otra no por saltos, sino por un "desliz") han adoptado otro perfil que amplía las herramientas
vocales que pueda utilizar en un futuro. Algo interesante de
Gonzalez en este disco es la pronunciación de las vocales, tomando
las palabras no solo por su significado, sino por su cualidad sonora.
El mejor ejemplo está en “Tan herido”, dónde la sonoridad de
las palabras varía constantemente por este truco. Palabras como
“cansado” pasan a ser “keansado”.
Por
el lado de Sepúlveda, su voz parece aún más relajada, más
despreocupada. En momentos puede ser hasta un poquito rasposa. Con
todo esto, pareciera que adoptara una posición en la cual las cosas
le importaran mucho, y a su vez en absoluto. Mucho porque parece
estar preocupado del timbre que quiere darle a su canto. En absoluto
porque no parece importarle si el resultado es placentero para el
oyente. No estoy hablando de algo extremista. No son gritos como
Henry Rollins en Black Flag ni cantos recitados como Lou Reed, ni
siquiera un canto afinado y podrido como Lemmy en Motörhead. Es tal
vez un detalle muy pequeño, pero está presente, lo suficiente como
para dedicarle estas líneas.
El
formato de cuarteto electrificado sin duda amplía las posibilidades
de trabajo. Aunque decidieron no explorar cosas que se alejaran de un
terreno ya bien marcado, tampoco se instalaron en un solo lugar.
Podemos encontrar varias partes instrumentales para empezar. Pero
también, aunque haya temas que puedan encasillarse con un artista en
particular, son artistas diferentes. Todos rondan por el Folk-Rock,
pero no siempre es el mismo.
Algunas
de estas partes instrumentales son tan desarrolladas que se
transforman en canciones puramente instrumentales, como en el caso de
“Instrumental”. Pero lo interesante son las partes instrumentales
dentro de canciones con vocales. Es más, hay momentos en los que
estas tienen tanto peso que hasta podrían definirse como temas
instrumentales con partes con vocales. El mejor ejemplo es el tema
que abre el disco, “Blues de las manchas”. En el principio, las
vocales predominan, con apenas un pequeño pasaje instrumental en la
mitad y la vuelta a los acordes del verso al final. Pero es en esta
última que aparece lo que recién comentaba. Algo que podría ser un
final de unos pocos segundos, ya que se trata de los mismos acordes
que escuchamos a lo largo del tema, es extendido tanto que ocupa casi
la mitad de la duración total de la canción. Primero un solo de
guitarra, luego un solo de la otra guitarra, luego aparece un piano,
y finalmente un solo de armónica por parte del invitado Ismael
Varela, mejor conocido como Señor Faraón. Cada uno de estos solos
es acompañado de manera diferente, variaciones tímbricas de esos
acordes que no paran de repetirse. Es que llega un momento que ese
estirado final tiene tanto sentido que podría durar mucho más,
exprimiendo todas las posibilidades, dándole un solo a cada
instrumento existente en el planeta. No sucede, pero se alude a ello.
¿Qué
hay de las guitarras? La interacción que encontrábamos en el primer
disco ya no está presente tan exhaustivamente. Lo que antes eran 2
guitarras en un mismo nivel jerárquico, ahora es una líder y una
acompañante. En otros momentos ambas están al mismo nivel, pero en
un nivel menos protagónico que el del debut. Es que hay que
entender: este disco no se trata del trabajo de 2 guitarras, ya no.
Se trata del trabajo en grupo, como banda de Rock. Se da lugar a
cosas muy interesantes, como la guitarra principal en “Gatillo
ligero” o la de “Honey Eyed Girl”.
Pero
como dije, aún encontramos esos tejidos guitarrísticos, y diría
que con mayor elaboración y riqueza. Un excelente ejemplo es “Viejo
amor”, uno de los mejores temas del disco. Las guitarras eléctricas
arpegiadas con un sonido muy cristalino y pasivo son lo mejor que
vamos encontrar en el disco por parte de estos instrumentos. Es que
al trabajo contrapuntístico que encontrábamos en el primer disco se
le agrega la búsqueda del timbre necesario, el sonido ideal para
plasmar lo que de verdad se desea. El sonido acústico era parte de
la idiosincrasia de ese primer disco. Pero era un planteamiento
estético general más que una decisión para las canciones en
particular. Esta vez, en esta canción en especial, se decide plasmar
el ambiente imaginado, aunque eso signifique, en momentos, quitarle
un sonido homogéneo al disco, transformando aa la canción en un
mundo con sus propios límites. Gracias a este arpegiado, este sonido
en particular, y la armonía dulce, pasiva e inocente, se evidencian
influencias de nuestro país, que es Eduardo Mateo, más que nada el
del grandioso disco “Cuerpo y Alma”. Aun así, esta asociación
no irrumpe con el gran trabajo realizado, mucho menos con la
valoración merecida.
Hay
otro tema que sin duda hay que destacar, y es “Un et mille”. Por
un lado, nos encontramos con una guitarra que tiene mayor
protagonismo, pues esta tiene mayor movimiento, incluso dentro de un
mismo acorde, a diferencia de la otra. Sin embargo, es el resultado
lo que genera interés, los contrastes y variaciones melódicas que
se dan entre el estatismo de una y el movimiento de la otra, dándole
otro significado a las notas de la primera.
Por
otro lado, aunque la armonía no es innovadora, es interesante como
las notas de la guitarra con mayor movimiento van adquiriendo otro
carácter a medida que la armonía cambia, como las mismas
herramientas cobran otro sentido según el material con el cual es
contrastado. También vale destacar la guitarra eléctrica super
distorsionada del final, con un rol que no va por lo melódico, sino
por el timbre y más nada, algo así como un concepto más acusmático
que musical.
Finalmente,
destacaría la letra. La mayor parte de las letras de Vincent Vega
hablan de amor y de una especie de soledad existencial. No son malas
letras, pero tampoco son una maravilla. Por lo general, están ahí
sin molestar en absoluto y hasta pueden pasar desapercibidas. En esta
canción, la temática es amor, el encuentro con una persona “ideal”,
sin nunca caer en algo pomposo. La adoración por algo cuyos defectos
parecen estar en la superficie, hace que la letra suene sumamente
honesta, haciendo que la temática se sienta más personal y hasta
identificable con uno mismo. Sin duda la mejor letra del disco.
Si
comparamos con el disco anterior, podríamos decir que es más
heterogéneo, en cuánto a calidad. Hay temas que están muy bien
logrados y otros que pueden estarlo también, pero que podrían ser sustituidos por otros de la misma índole, pues su rol no es tanto ser un tema distinguible, sino reafirmar el terreno dónde se está trabajando. Pero esos puntos altos llegan más que los del
debut, pues se nota un mayor trabajo y elaboración.
Es
que el disco presenta una madurez incuestionable. Aunque el valor que
tenían los arreglos de guitarra en el debut era grande (lo cual ya
dije varias veces), en momentos podía parecer que las soluciones
compositivas eran las mismas o parecidas, como si hubieran encontrado
la fórmula secreta y la repetían una y otra vez. No cansaba, pero
de a poco se perdía el efecto sorpresa. Aquí, por más que algunos
recursos no son inventados por ellos, ni cerca, al tener varios, cada
tema puede tener una personalidad más propia.
Además,
la producción del disco es mucho mayor. No es que el otro disco
tuviera una mala, pero aquí se nota que la producción fue un tema
puesto en la mesa.
¿Qué
podría decir entonces? El disco anterior tal vez tenía algo que los
hacía más Vincent Vega que otra cosa, aunque no por mucho. Pero
este disco tiene un mayor trabajo irreprochable. Y los puntos altos
del disco superan enormemente a los del primero.
¿Es
mejor o peor disco que el debut? Creo que eso ya entra en gustos.
Pero la pregunta es: ¿este disco cargará el peso de ser un segundo
trabajo discográfico? ¿Vivirá bajo la sombra de su antecesor? Creo
que no. Creo que más bien la tendrá a su lado, acompañándolo para
que ambos puedan decir “Esto es Vincent Vega”.
Aquí está el link para el Facebook. Como siempre, si gusta, se pone "Me gusta": https://www.facebook.com/pages/Vincent-Vega/118775371919?fref=ts
Luego pueden escuchar online y descargar el disco en el Bandcamp de la banda: https://vincentvegauy.bandcamp.com/releases
Y aquí podrán descargar este y el primer disco. Recomiendo ambos: http://www.vincentvega.uy/
HASTA LA PRÓXIMA!!!
1 comentario:
ni idea de el pero lo escuchare sin pensar106
Publicar un comentario