“Tal vez no te convenza la
porquería que tenés alrededor”.
Así empieza una de las letras del disco que traemos hoy. Y en este
país, cuándo hablamos de rock es cierto....hasta que aparecen los
que te dan una mano de salvación.
Luego de la disolución de Chicos
Eléctricos en 1999 (seguramente el antes y el después del rock
under del Uruguay), los 2 integrantes líderes de la banda, Nicolás
Barcia y Gabriel Barbieri, tomaron diferentes caminos. El último
formó Motosierra, otra ya mítica banda de este país, integrada,
entre otros, por el baterista Walo Crespo (mencionado porque tiene un
lugar importante en esta reseña). Sin embargo, Nico Barcia entró en
una época de rock entre paredes, componiendo temas y siguiendo con
el espíritu, pero sin llevar adelante ningún proyecto ni grabación
formalmente.
Luego de 8 años, Barcia reapareció
con la formación de una nueva banda: Hotel Paradise. Mientras que él
tomaba el rol de guitarrista y vocalista, Andy Adler (otro de los
héroes nacidos de Chicos Eléctricos) tomo el rol de 2do guitrrista y Walo
Crespo el de baterista. El rigor, así como la musicalidad de la
banda, siempre estuvo presente desde el principio, pero como le dijo
Barcia a Hobo Blues “Por
ella desfilaron un buen número de músicos, bajistas en su mayoría,
que entraban y salían de las habitaciones como pericos por su hotel,
siendo solo Nico y Walo quienes se mantuvieron con el uniforme de
botones puesto desde el principio. Las entradas y salidas de músicos,
junto a la mala conducta general de la banda, hicieron que cada vez
que algo cristalizaba, al instante desaparecía, y vuelta a rearmar.
De ahí que hayan quedado grabaciones por el camino y algunos
proyectos capados que nunca vieron la luz”.
Pero
ya con bastante material trabajado y con Leonardo Bianco (Motosierra,
León Blanco) en el bajo por un tiempo, lograron plasmar la
personalidad de Hotel Paradise en un primer álbum que será para
muchos el primer contacto con la banda.
La
palabra rock ya tiene un significado tan amplio que puede entrar
practicamente lo que sea. Sin embargo, si entramos en algo más puro
y detallista, hay un género al que sí se le puede denominar rock.
No es que Pink Floyd o Buenos Muchachos no lo sean. Eso es rock, sí.
Pero en esta ocasión podemos hablar de rock en su mayor pureza, el
“verdadero rock”. Y no de una forma elitista y burda sin
contenido, esa actitud un poco pedante la cual este blog detesta.
Hablamos de algo estrictamente musical. Hablamos de lo que se define
como el rock & roll más puro. Es verdad que en esa definición
entran muchos y de gran variedad, pero todos comparten esa definición
del rock, tanto en música como en actitud. Creedence y Neil Young
son 2 mundos diferentes, pero en su esencia, comparten eso (para
ejemplificar).
Hotel
Paradise es una banda de rock en el sentido más puro. Las letras, la
música, la agresividad, la “desprolijidad”. Pero hay que quebrar
la lanza por ellos, porque no se trata de un grupo de músicos que
toman los clichés de la estrella de rock y los repiten solo por el
look. Son músicos serios, con el nivel de seriedad que más respeta
este blog: les importa mucho, pero a la vez les importa en absoluto.
Uno escucha esta banda y se da cuenta que hay un trabajo minucioso,
hasta en el tema más típico. Pero a la vez se de cuenta que están
en esto por esto y por nada más. Como todos, quieren ganarse un
público, pero claramente quieren ganárselo por lo que ellos quieren
ser, no por lo que los otros desean. Esa actitud es para quién
escribe la más respetable. Y por eso es rock de verdad. Uno ve a los
verdaderos dioses de esta música, personas como Iggy Pop y Neil
Young, y han sido así: van en contra de lo que “deberían”
hacer....y siempre los resultados son excelentes. Pero no van en
contra por el simple hecho de estar en contra, eso sería adolescente
y estupido. Creo que esto es algo que se encuentra aquí y por eso se
ha ganado el respeto merecido.
La
banda tiene su poesía. Por un lado, tenemos a 2 músicos que han
llegado a algo así como un estatuto de “leyenda”. Son jóvenes
aún, ninguno llega a los 50, pero su historia musical ya ha dejado
una importante huella en lo que es el rock uruguayo....el verdadero
rock uruguayo (no hace falta explicar).
Por un lado, se encuentra Walo Crespo, quién ha sido desde siempre el baterista de Motosierra, una de las bandas más emblemáticas, quienes llevaron el punk-rock con influencias de hard rock al punto más agresivo que ha tenido este país. Es verdad que sus baterías son simples. Nunca nos vamos a encontrar con algún juego rítmico que se despegue, no hay virtuosismo, no hay una super técnica. Pero eso que algunos pueden ver como una limitante es contrarestado con una agresividad brutal, algo que termina siendo un ingrediente esencial en la música de esta banda. El ritmo más simple y común que se pueda escuchar es llevado a una brutalidad primitiva que se transforma en el salvajismo de la música presente. El redoblante parece ser el arma de fuego de Crespo, siempre golpeado con ladrillos. Y luego de varios conciertos presenciados, uno se da cuenta que esa energía es acompañada de un constante movimiento cavernícola. Las baterías de Crespo no van tanto por lo rítmico, sino más bien por lo tímbrico. La batería no como un instrumento musical, sino como un arma de fuego que golpea en el estómago.
Por
otro lado, se encuentra Nicolás Bacia. Él se ha ganado la
admiración de muchísim gente. Ya que haya sido uno de los grandes
pilares de Chicos Eléctricos, esa banda de los '90 que marcó el
antes y el después en el rock under nacional, que trajo la crudeza y
agresividad a la música que estuvo a punto de surgir en los '70 y
que fue solapada por la dictadura, que le dejó en claro a este país
qué es el verdadero rock, ya es razón para tenerlo en un pedestal.
Y eso para muchos fue un recuerdo, pero para otros de generaciones
más jóvenes, como quién escribe, era una anécdota, una especie de
leyenda que solo podía ser vivenciada con discos y algún video que
se fue colando en el querido Youtube. Que Barcia haya vuelto al
escenario, que haya vuelto con esta energía que no solo ha traído a
esta banda, sino otros proyectos como Reyes Estallar (quienes ya
aparecieron en esta página hace unos meses: http://hoboblues2013.blogspot.com/2014/08/reyes-estallar-la-muerte-en-una-buena.html),
es para todos, tanto los que pudieron verlo en los '90 como para
aquellos que solo sabían de él por palabras y letras, un retorno,
uno muy enérgico que sin duda no tiene qué envidiarle a su
pasado...en absoluto. Es más, creo que tanto en este proyecto como
Reyes Estallar se demuestra que ha habido una madurez musical. Puede
gustar más Chicos Eléctricos, sobre gustos no hay nada escrito,
pero es inobjetable que el trabajo en estos 2 nuevos proyectos tienen
un trabajo más maduro y serio. Y se ve reflejado tanto en la
composición como en su acercamiento a las vocales y por sobre todo a
la guitarra. En la reseña de Reyes Estallar ya lo decíamos: es
claro que el trabajo de la guitarra en Barcia ha evolucionado y que
no se ha estancado en el recuerdo. Hay nuevas herramientas, y las que
se encontraban en Chicos Eléctricos son reutilizadas bajo otra lupa.
Pero
la otra cara de la poesía de esta banda está en el bajista. Han
pasado muchos por la banda, pero los 2 que han hecho que la banda
tenga mayor solidez temporal son jóvenes, siendo estos Leonardo
Bianco, quién estuvo presente por largo tiempo y es quién se
encuentra en este primer disco, y el actual bajista, Gonzalo Petersen
(Culpables, Luzmala), quién ya está en la banda hace un tiempo y
que se ha acoplado a la perfección. Y creo que no es menor el que
sean más jóvenes. Le da un toque de “unión” generacional a la
banda, 3 generaciones de rock que completan una línea: él que dio
el origen, él que decidió mantener el fuego prendido y una especie
de hijo de todo esto. Eso hace que la banda tenga esa energía, no
gracias a la presencia del jóven, sino porque los 2 mayores deciden
integrar a un jóven. Pero lo más importante es que este no está
para ayudar. No es como uno de esos músicos que acompaña a Paul
McCartney que está ahí solo para “servirle” al rey. Aquí este
integrante es uno más, es una hermandad. Parece haber una mutua
nutrición, de la experiencia y de los ojos más actuales. Es ahí
dónde está la mayor magia de esta banda: que se trata de rock, del
más puro, hecho no por gente que comparta un común generacional,
sino musical. Y en el escenario eso se plasma, cada uno con su
personalidad, cada uno con sus vivencias y experiencia, sin ser
ninguna opacada por otra.
Este
disco, titulado “Hotel Paradise”, salió en Setiembre de este año
2014 a través del sello discográfico Rastrillo Records (sello que
recomendamos indagar porque en su discografía se encuentran varias
de las bandas de garage rock más interesantes de hoy en día).
En
una primera escucha de las 12 canciones que integran este disco, uno
rápidamente puede definir el estilo de la banda: garage rock con
potencia, siendo las influencias más claras The Stooges y toda la manada del
denominado killer rock, o sea, rock & roll puro con la actitud
punk que termina definiendo el sonido de la música. Pero lo
interesante del disco es que esa homogeneidad que puede sentirse en
un primer encuentro, a medida que se vuelve a escuchar el disco una y
otra vez, cada canción empieza a parecerse menos al resto, a cobrar
su propia personalidad, como si vieramos una nube desde lejos y a
medida que nos acercamos empezamos a notar cada partícula que la
conforma.
¿Con
esto a qué nos referimos? A que los límites definidos en la música
de Hotel Paradise son claros, pero no se quedan estancados en una
esquina, sino que recorren todo el terreno. Y es por eso que todos
los temas comparten el mismo espíritu y a su vez son distintos entre
sí. Eso es algo muy valorable, porque la banda logra un sonido
definido pero ese sonido es interpretado de varias maneras.
Temas
como “Shakin' Bicho” nos llevan a un garage rock con aires de los
'60 y bastante swing. Otros como “No me hables más de plata” a
un hard rock con aires punk (hasta tiene un ritmo que recuerda mucho
a la versión de “Hey Joe” de Hendrix). También hay rock &
roll bailable como “Pija y pala”. “A pirar” nos trae lo más
punk de la banda, con una oscuridad y en momentos algo glam que puede
recordar a Turbonegro.
Pero
tambien nos vamos a lados dónde el punk y lo sucio es dejado de lado
y se incorpora algo con un toque más amigable. El tema “Solo
quería tocarte” nos lleva a una balada con un slide guitar
estupendo, creando una musicalidad que sin duda recuerda a artistas
como Tom Petty. A este le sigue “El indio negro que curó a Jesús”,
dónde se encuentra una guitarra acústica en un paisaje de rock
sureño al mejor estilo Lynyrd Skynyrd. Finalmente está “Calma el
dolor”, con un estilo Rolling Stones post-”It's only Rock 'n
Roll” y un pequeño pasaje instrumental que puede remitir al Sonic
Youth menos transgresor.
Algo
que acompaña con cada tema es una voz diferente. Obviamente no hay
12 voces diferentes, pero sin duda Barcia se tomó el trabajo de
decidir cuál de sus voces jugaba de mejor manera con cada tema,
desde lo más podrido y desgastado hasta lo más relajado y
entrañable.
Queda
claro que en Hotel Paradise no solo hay salvajismo y crudeza, sino
también refinamiento, conocimiento, utilizando la experiencia como
herramienta para saber a dónde ir. Es una banda con mucha energía
que puede llegar a algo más tranquilo y hasta dulce, siempre
manteniendo la honestidad adelante. Estos extremos son algo que
también le dan valor y genuinidad a la banda. Saben que pueden hacer
ruido, pero no se dejan tragar la imagen del rockero malo y evitar
entrar en algo más sensible.
Tenemos
acá otra demostración de que el verdadero rock puede ser encontrado
en este país pequeño. No lo vamos a encontrar en las radios ni en
los medios más accesibles, pero basta con abrir un poco los ojos y
las orejas para toparnos con gemas como esta.
Este
disco también demuestra que el buen rock puede lograrse, sin
importar la edad, siempre que se mantenga la cabeza en alto y los
ojos claros, sin nunca ser tapados por los vicios del negocio de la
música que pueden atrapar al más iluso. Porque como dijo el rey (a
esta altura ya no hace falta nombrarlo en este blog) “La música
es vida y la vida no es un negocio”.
Pero
lo que más se demuestra es que aquellos que alguna vez fueron reyes,
siempre pueden volver al trono, siempre que mantengan el fuego
encendido. Varios de los héroes del rock han tenido alguna caída en
el camino y varios de ellos han sabido levantarse con los pies más
firmes que nunca, logrando su mejor trabajo décadas después de su
“época dorada”. Hotel Paradise es entre varias cosas, un bello y
feliz retorno, dejando en claro que en la vida pueden haber hermosos
“segundos actos”.
Ahora
solo nos queda seguir escuchando este disco y presenciarlos en
concierto. Hotel Paradise tiene sus puertas abiertas las 24 hs, los 7
días a la semana. Solo hay que reservar habitación.
Como siempre, aquí la página de Facebook. Si gusta, se pone "Me gusta": https://www.facebook.com/pages/Hotel-Paradise/419582378113679?fref=photo
Y aquí podrán escuchar algunos de los temas del disco, aqunue recomendamos adquirirlo. Solo comuníquense a través de Facebook: https://hotelparadise.bandcamp.com/releases
HASTA LA PRÓXIMA!!!
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