Lo más interesante de la clasificación
de géneros (cuándo no se trata de etiquetar para valorar o
desvalorar o simplemente para demostrar cuánto uno supuestamente
conoce) es que muchos subgéneros se diferencian entre sí
simplemente por la técnica de canto, por un ritmo o por tal mínimo
cambio. Y lo más interesante es que los que conocen del tema son
HIPER susceptibles a ello. Ese mínimo cambio hace que ya merezca otra
denominación. A veces me sorprende cuán sensible puede ser el oído.
Ya hace un tiempo me quedó en claro
que si hay algún género musical que tiene esta característica
elevada hasta el cielo y más es el metal. La cantidad de
sub-géneros, sub-sub-géneros, sub-sub-sub-géneros que hay..... En
los estratos más grandes, las diferencias son claras. Nadie confunde
el thrash con el doom, ni el black con el death. Pero cuándo se
entra más adentro, ahí las diferencias pueden ser tan mínimas que
hasta confunden. Aún así existen esas clasificaciones.
Lo más fascinante es el enorme debate
de si tal cosa es metal o no. Por un lado, resulta cansador y
estúpido, porque en fin, ¿a quién mierda le importa? Pero por otro
lado (y el que me interesa), se trata de ver hasta dónde llega el
oído y el conocimiento musical. La clasificación de géneros, para
mí como músico e intento de escritor, es tomarse el trabajo de
entender la música y ver qué métodos se utilizan para componer y
tocar, de dónde vienen las influencias, qué contexto social hay,
etc. Es de verdad intentar adentrarse en la música, lograr
conexiones. No es lo mismo el jazz que el punk, y no es lo mismo el
jazz fusión que el bop, ni es lo mismo el hard bop que el post bop.
Decir que no es tanta la diferencia o decir que no importan estas
distinciones es en realidad no haber escuchado lo suficiente, porque
a medida que uno escucha más, se da cuenta de por qué sí es
importante, desde un aspecto puramente musical (la soberbia erudita
es lo peor que hay en el arte). Después todo el tema de si por ser
de algo merece mayor reconocimiento o si esto o aquello, eso
sinceramente no es de mi interés. Porque como dice este blog, son
recomendaciones musicales, y eso significa que lo primordial es si es
de buena calidad e interesante. Luego viene el género.
Hace unos meses una de las bandas
uruguayas más interesantes de los últimos años lanzó su 5to
álbum (3ero de estudio, pues cuentan también con un split y uno en vivo). La banda se llama Cadáver Exquisito y el disco “750 mg”.
En sus principios era fácil: hard
rock, del palo del blues pesado, Led Zeppelin presente. Siempre con
un toque “progresivo”: cambios rítmicos, riffs más complejos,
etc. Pero en esa vertiente, la improvisación como base. Era una
banda pesada, pero el lenguaje musical no iba por esos lados. De
alguna forma, podía acercarse a bandas como Oro y Revólver. Claro,
menos bluesera y con una actitud más punk, pero de alguna forma se
podían unir.
Ahora 3 años después, sacaron un
nuevo álbum, dónde entra el problema que presentaba al principio.
Claro, problema para alguien que escribe. Para los oyentes no. El
hecho de que aparezca este problema desde un principio ya lo
transforma en un álbum interesante. Más allá de si gusta o no,
entrar en algo que puede generar cierta disputa a la hora de intentar
definir que hace un artista musical ya genera algo especial.
Las raíces de blues-rock se han
perdido enormemente abriéndole paso a la pesadez previa para que
crezca aún más. En realidad, para que todo crezca, porque no solo
es un disco más pesado, sino también más agresivo y crudo, más
complejo, tanto armónica y melódicamente como rítmica y
estructuralmente.
Hay influencias muy claras: Melvins,
Black Flag, Fugazi y Shellac (o más bien el trabajo en general de
Steve Albini, porque Big Black y Rapeman se pueden rastrear aquí).
Podría nombrar otras (es más, para algunos temas debería), pero
con esto ya marcamos bastante la cancha.
Una música pesada que se puede asociar
al sludge metal y post-hardcore. Es música pesada y con complejidad.
Pero no es del pesado naciente de Deep Purple o la camada de NWOBHM.
No viene del metal clásico. Viene del metal más rockero, desde
Black Sabbath, el cual, avanzando en el tiempo, paso por Black Flag y
obtuvo su identidad más punk y compleja, derivándose luego en
bandas como Melvins, quienes tomaron lo más pesado y denso, y bandas
como Shellac, que tomaron lo más punk y complejo. Es metal, es
pesado, pero es del metal que se siente más identificado con el
punk. Y cuándo aparece algo de blues, no va tanto por el blues rock
pesado sino por el stoner (aunque a veces se hace difícil
diferenciar el stoner del sludge cuándo el blues es muy poco
evidenciado).
Algo que a veces causa duda en Cadáver
Exquisito son las voces. En momentos de los discos anteriores, no
quedaban bien (en mi opinión). Sin embargo, en este disco parecen
encontrar su identidad finalmente. Las vocales en esta banda siempre
giran en torno al grito más que al canto. Incluso cuándo es con voz
limpia, la entonación es algo que se roza simplemente para emular la
musicalidad. Al adoptar un sonido más punk, este tipo de voz cobra
mucho más sentido porque no importa tanto la melodía sino el gesto.
Son vocales mucho más cercanas a la sensación que a algo
clásico-musical. Y en este disco, trayendo una música que sin duda
es más agresiva, este tipo de vocales se ajustan a la perfección.
Algo interesante es el trabajo en
banda. En discos anteriores, por el estilo musical, había “trabajo
en equipo” obviamente, pero se daba mucho lugar al solista. Incluso
cuándo estaban todos direccionados hacia el mismo lado, se podía
sentir como solistas trabajando juntos. Es que eso es algo bastante
característico del blues rock. Aquí eso se deja de lado y se da
lugar a un resultado más “en bloque”. La banda suena como un
sólo objeto y no como 4 que se unen. Es como si el trabajo de cada
integrante estuviera conectado con el de los demás. Esto se
evidencia más que nada con los cambios rítmicos o ciertos ataques.
Incluso ciertos arreglos de guitarra, como riffs repetitivos, están
en función de algo más de unidad y no tanto como algo solista. Sin
duda es de los elementos más clave en este nuevo trabajo.
El disco pasa por varios territorios
más allá de lo anteriormente mencionado.
“Julia” inicia con la reminiscencia
a Melvins en su 2da etapa (aquella que aparece por mediados de los
'90) y dejando lugar a cosas más del estilo de Kyuss (sobre todo en
la 2da sección).
“Kraken” es el más cercano a sus
trabajos anteriores, lo cual tiene sentido porque es el tema más
viejo. Sin embargo, el blues va más por el lado del stoner, como
dije anteriormente. Tal vez con una pizca más rockera, al estilo Fu
Manchu.
“El Gallo” es de los temas más
interesantes. Es metal, sin duda, del género del doom. Pero lo
interesante es como va pasando sutilmente por diferentes subgéneros
del mismo. Se logra combinar las pequeñas diferencias que hay entre
ellos. Lo que en un principio parece ser una especie de tributo al
sludge temprano de Melvins en discos como “Lysol” (el ritmo de la
batería y la nota pedal de la guitarra lo dejan en claro),
rápidamente pasa al stoner más denso de bandas como Sleep, lo cual
tampoco se puede decir tan tajantemente porque aparecen detalles que
pueden recordar a bandas como Crowbar, y finalmente desembocando en
algo con elementos más alternativos que nos pueden llevar a un
Melvins más post-hardcore de discos como “Stag”. Tal vez hasta
puede recordar a cosas de High on Fire. La transición es sutil y
todo esto se puede encontrar, pero lo bueno es que por más que en
palabras suene seccionado, en el tema está todo revolviéndose al
mismo tiempo. Es una buena síntesis de un género que contiene muchos
subgéneros cuyas diferencias a veces son bastante indistinguibles.
Nota: aquí las vocales llegan a su punto máximo, tanto en técnica
como la decisión de qué estética utilizar.
“Hall” mantiene la pesadez pero
deja más en claro las influencias de Steve Albini. En momentos hasta
puede recordar lejanamente a Nirvana, lo cual no es raro habiendo
sido Albini el productor de “In Utero”.
“Días de humo” es una convivencia
de 2 cosas diferentes. En el principio nos encontramos con un stoner
denso y lento. De seguir en eso, sería bastante obvio a dónde
podría ir, pero al entrar la voz, nos alejamos de esa densidad
yéndonos a algo un poco más amigable y melódico, más clásico en
algún sentido. Lo más interesante es el giro del final. Aunque
vuelve a la misma idea del principio, la incorporación del saxo hace
que todo tome otro color. Sigue la densidad, pero el saxo tiende a
alivinar las cosas. No sería raro la conexión con King Crimson en
su 1er época, sobre todo en “21st Century Schizoid
Man”.
“Pelo Pelirrojo” es otro gran tema
del disco. Un tema con gran energía dónde lo más ruidoso y punk de
la banda se ve demostrado. El post-hardcore que nos lleva a bandas
como Shellac y Fugazi ahora se ve acompañado de bandas como Slint.
Constructivamente, es el tema más original. No se trata del clásico
verso-estribillo-verso ni de un tema con varias secciones. Es como
una sola sección que de a poco evoluciona, sumando cada vez más
volumen y detalles. Si saltamos del principio a la mitad del tema,
esto queda en claro, pues seguimos en la misma idea pero con más
colores y relieves. Es lo que se podría decir “música de
proceso”.
“Así mejor” combina las
influencias de diferentes géneros mejor que ninguna otra. No llega a
ser ni lo suficientemente pesado para ir hacia un lado ni lo
suficientemente punk para ir al otro. Es un tema con bastantes
cambios y detalles. Hay que destacar los diferentes cambios rítmicos
(dónde la batería queda como estelar), pero por sobre todo los
diferentes arreglos de guitarra que aparecen uno atrás del otro y
siempre de buena calidad. Lo más interesante del tema es la sección
media, dónde un riff de guitarra se repite una y otra vez y lo que
cambia es la base. Es un recurso que nunca queda mal; es inoxidable.
En la música en general, la base se mantiene y es la voz superior la
que varía, el solista. El cambio de roles siempre es un recurso que
nunca falla porque la variación de la base logra simular que la voz
superior varía también aunque se mantenga estática. Es como si la
esencia de esa voz superior, por ese cambio del acompañamiento
(aunque en este caso, tal vez es la voz superior el verdadero
acompañamiento), cobrara otra identidad. Su identidad cambia según
el contexto y no por cambios en sí mismo. Otro de los grandes temas
del disco (que siendo solo 8 en total, 3 de este nivel no es poca
cosa).
“750” cierra el disco de forma
enérgica y pesada con la impronta punk que caracteriza al disco. No
es un tema que resalte por sí mismo, pero dentro del contexto,
funciona a la perfección. Como cierre, es ideal.
Uruguay es un país al cual no le ha
faltado metal, mucho menos música pesada y con energía. Sin
embargo, en mi opinión (aunque al parecer es compartida con varios),
nunca han aparecido discos que de verdad sean de gran calidad.
Algunos sí, pero la mayoría no. La mayoría son tan acotados
musicalmente, con tan poca variedad de influencias, que terminan
sonando a esas mismas influencias, un estilo de tributo más. Nada
nuevo, más de lo mismo. Y bueno, como suelo decir cruelmente, para
escuchar algo que intenta parecerse a otra cosa, mejor escuchar esa
otra cosa. Si no hay nada nuevo o interesante para ofrecer, paso.
Claro, entra la disputa de si esto es
metal o no y todo eso de lo que hablaba al principio. Lo que sucede
es que por alguna razón, siempre que se habla de metal se olvida de
toda la gama del doom, más que nada de los géneros más punk y
rockeros como el stoner y el sludge. Es metal, no se cuestiona. De no
serlo según ciertos puristas sin fundamentos, habría que dejar de
hablar de bandas como Blue Cheer y Black Sabbath....y al que se le
ocurra decir que esas bandas no son fundadoras del metal, estárian
demasiado equivocados. Y si dicen que lo son, entonces sepan que este
tipo de metal es el que está más relacionado a ellos.
“750 mg” es uno de esos discos que
faltaban en el rock uruguayo, en el rock más pesado. Hacía falta un
disco que de verdad pusiera este género del metal en presencia y con
calidad. Pero más que nada, hacía falta de alguna banda que por más
que sus influencias fueran claras, tuvieran algo para ofrecernos que
nos obligue a ir a ellas si es esa música en específico lo que
estamos buscando, algo que dijera “esto es de esta banda y no de
otra”.
Obviamente Cadáver Exquisito no es la
nueva gema del rock ni nos traen algo indescriptible. Es clasificable
sí, pero no por ello dejan de ser Cadáver Exquisito. No son una
banda más. No tomaron los elementos y trucos de estos estilos para
imitarlos y listo. Le han encontrado su propia forma, otra forma de
interpretar esta mezcla.
Este disco sin duda será de lo mejor
de este año en el Uruguay. Y por suerte, junto a “Jabalismo” de
Hijo Agrio (que será objeto de la próxima reseña y con quienes se presentan hoy Jueves 14 en el Solitario Juan), nos ha traído
buen metal, del más denso y pesado, del más agresivo y punk, del
que hacía falta.
Como siempre, links:
Facebook de la banda: https://www.facebook.com/pages/Cad%C3%A1ver-Exquisito/138639219493454?fref=ts
Y aquí podrán escuchar este gran disco, así como otros: https://cadaverexquisito75.bandcamp.com/
HASTA LA PRÓXIMA!!!!!
1 comentario:
Buena banda, voy a escuchar lo que hicieron antes.
Saludos!
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