Siguiendo con los artistas del otro
lado del río, hoy traemos uno que ha tenido una interesante búsqueda
dentro de un género que a todos nos resulta muy familiar.
Diente de Madera, el proyecto solista
de Jonah Schwartz, un estadounidense radicado en Argentina. Ya sin
escuchar su música podemos guiarnos bastante por el nombre. De haber
alguien con un diente de madera, sería alguien, para empezar, de
poco dinero, con una vida más austera, más rústica, más salvaje.
Tal vez no por elección propia, pero es la que le tocó. Este
nombre es de esas excelentes decisiones, porque juega dentro de la
estética que nos presenta este artista.
La música de Diente de Madera
claramente parte del folclore estadounidense, lo derivado del blues.
Para ser más específicos, nace de lo que se denomina Old Time
music, el cual combinaba el blues y la música de danza con el
folclore de los apalaches. Como el instrumento que escuchamos aquí
es el banjo (lo cual ya le da un toque diferente a los proyectos de
la índole de estas zonas latinoamericanas a los que estamos
habituados a escuchar), esta influencia es aún más evidenciada,
teniendo como referentes a otros cantautores del estilo cuyo
instrumento era el banjo como Dock Boggs, Clarence Ashley, Buell
Kazee y Bascom Lamar Lunsford.
Por este lado, la música de Diente de
Madera puede sonar añeja, aunque, por tratarse de folclore, es
música que trasciende el tiempo. Es inoxidable, como cualquier
folclore en cualquier parte del mundo. Sin embargo falta un enorme
detalle, aquel que hace que la música aquí tenga un giro diferente
y original.
La 2da gran influencia es el
minimalismo. Pero no la idea del uso de pocos materiales o cosas
simples, sino la estética creada en los '60, la cual tenía como
pilares a los compositores académicos La Monte Young, Terry Riley,
Steve Reich y Philip Glass. En la música de ellos, la repetición
era la base. Una repetición desenfrenada, dónde ya no entraba en
juego el discurso musical tradicional, con armonías, diferentes
líneas melódicas, sino el lento desarrollo, el juego con la
percepción, los cambios mínimos, que con el transcurso del tiempo
van causando un estilo de trance en el oyente dónde el tiempo deja
de existir y es solo una mera prueba de la variación rítmica y
tímbrica.
Dicho esto, hay que agregar que la
repetición en Diente de Madera es algo esencial. Los riffs se
repiten una y otra vez, siempre sobre una misma nota pedal. Por lo
cual no hay acordes ni progresiones armónicas. Pero a esto se le
agrega que el banjo está conectado a un pedal de delay, por lo cual,
todo lo que toca es luego repetido a una distancia de menos de 1
segundo. La repetición de los riffs tocados velozmente, lo cuales
son a su vez repetidos por el pedal de delay, hacen que estos dejen
de tener el carácter clásico de riff y pasen a ser una especie de
tela dónde no importa tanto cuándo sucede tal cosa, sino que
suceda. Es como un mar de sonido, una especie de clima. Esto es muy
interesante porque hace que una música que clásicamente tiene un
carácter de canción pase a ser algo más ambiental, un estilo de
paisaje que tiene pocos cambios. Es algo con mucho movimiento pero en
realidad nunca se avanza, como si nos quedáramosquietos y todo lo
que nos rodea se moviera. Eso es lo que se busca en el minimalismo y
por eso es que el uso del delay en Diente de Madera no es algo
efectista como lo suele ser. El resultado puede ser parecido, pero él
lo busca como un concepto estético y no como algo que se deja ser
por su simple idiosincrasia. Por ende, por ser algo que se acerca a
algo más bien ambiental, podríamos decir que de los 4 pilares del
minimalismo, los más claros aquí son La Monte Young y Terry Riley,
sobre todo el 2do, ya que tuvo una etapa en dónde improvisaba líneas
melódicas pasadas por delay mientras se escuchaba una nota pedal que
daba el punto de apoyo.
Schwartz ya tenía un proyecto que
partía del folk, llamado Springlizard, con el cual grabó 3 discos
que se pueden escuchar aquí: https://springlizard.bandcamp.com/
Sin embargo, ahí lo interesante era el
juego contrapuntístico entre las guitarras y las voces. Aquí, como
comenté anteriormente, va por otro lado. Parece ser una estética
mucho más premeditada.
Este EP es su primera grabación, el
cual fue lanzado como un split junto a Pan del Indio (quién será el
protagonista de la próxima reseña, ya que no solo hay que completar
el disco, sino que es otro de los artistas de Argentina que Hobo
Blues pretendía presentar). Fue lanzado a finales del 2014 como
“Little Saddie EP” y luego como el split “Pichón” en Enero
de este año 2015. Una edición super limitada en cassette del split
es el único formato físico en el que se puede encontrar.
Como siempre, un EP es una corta
duración, aunque muchas veces la ideal. Y puede tomarse como una
especie de ensalada de todo lo que un artista hace o tener un
concepto. Y por lo dicho anteriormente, es evidente cual de las 2
opciones eligió este artista.
Aunque ya el planteamiento estético
descrito anteriormente marca enormemente el terreno, en este disco
hay una homogeneidad indiscutible. Para empezar, todos los temas se
encuentran en la misma tonalidad, o aproximadas. Todas en Re, con un
pedal constante de esta nota. El delay siempre puesto con la misma
respuesta, las voz siempre cantada dentro del mismo registro y con la
misma actitud, todos los temas están mezclados y producidos con el
mismo sonido. En sí, es como un largo mantra dividido en 4 partes.
Decir que un tema gusta más que otro sería hasta un poco burdo,
pues todos los temas rondan por el mismo lugar. Claramente es un
todo. Hay que escucharlo de principio a fin. Si lo viéramos con ojos
del minimalismo, sería como una única pieza y cada canción, cada
parte, seria como la variación rítmica y tímbrica que va
apareciendo de a poco. Es un paisaje musical que con el tiempo va
cambiando, pero siempre es el mismo paisaje. Son simples
reordenamientos de los materiales ya presentes.
Sin duda es un músico a destacar. Su
producción nos trae una música folclórica muy conocida a la cual
se le incorpora el uso de efectos también ya muy conocidos. Y es
destacable esta unión, pues se logra un sonido sumamente particular.
Pero es más destacable que esta unión no es por simple costumbre o
gusto. No es que fuera alguien que está habituado a tocar folk
estadounidense y a la vez le gusta algo que erroneamente siempre se
asocia con la psicodelia. Esta unión es premeditada, la estética
fue planeada. Parece estar todo calculado dentro de este ambiente
rústico y etéreo.
Es que Diente de Madera nos trae lo
mejor que puede ser un artista: salvaje, pero con
inteligencia.
Como siempre, los links:
Aquí el Facebook de Diente de Madera para seguirlo: https://www.facebook.com/dientedemadera?fref=ts
Y aquí podrán escuchar su parte en el split "Pichón": https://dientedemadera.bandcamp.com/releases
A su vez, aquí tienen un video reciente de una de sus presentaciones en vivo: https://www.youtube.com/watch?v=5Outl4CxKxQ
HASTA LA PRÓXIMA!!!!!
1 comentario:
Vaya que propuesta mi amigo ! tu si que hurgas bien abajo para acercarnos a estos artistas que en mi caso particular no controlamos .
Música para músicos lo llamaría yo ,un abrazo y lo mejor para tu cruzada de charco .
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